Arxiu de la categoria: Ruptura democràtica i repúbliques

Sánchez en contestació a EH Bildu es posa al costat dels franquistes quan defensa que el rebuig al dret d’autodeterminació en la Constitución del 78 es va fer democràticament

Sánchez en contestació a EH Bildu es posa al costat dels franquistes quan defensa que el rebuig al dret d’autodeterminació en la Constitución del 78 es va fer democràticament, quan un dels ‘padres de la Constitución’ reconeix que l’article 2 va ser imposat i un ‘ujier’ va invitar a anar al servei a l’hora de votar la proposta de Letamendia per reconèixer el dret d’autodeterminació.

Qui va redactar l’article 2 de la Constitució espanyola de 1978
per engrandir cliqueu damunt les imatgessole10001
sole20001
La història de l’ujier

Declaració d’Izquierda Castellana davant les mocions reivindicant l’autonomia del País Leonés.

Declaración de IzCa ante las mociones aprobadas por el Ayuntamiento de León y otros municipios de la provincia reivindicando la autonomía del País Leonés.
reivindicació de l’autonomia en 1978

Lo primero que tenemos que decir es que esta situación es una expresión más de la crisis del Régimen de las Autonomías basado en la Constitución del 78, que como se viene evidenciando en diversas cuestiones no ha servido en absoluto para resolver la problemática de la organización territorial de los pueblos del Estado español. En coherencia con esta reflexión, desde IzCa consideramos que lo que se necesita es un replanteamiento global de esta problemática, sobre la filosofía política de la confederación de pueblos y, por tanto, la necesidad de abrir un auténtico Proceso Constituyente, cosa que no ocurrió en el llamado proceso de Transición.
En segundo lugar, queremos expresar nuestra consideración de que la moción aprobada en el Ayuntamiento de León tiene legitimidad de inicio. En ese sentido, animamos a los que han promovido esa moción a que demanden la realización de una consulta democrática a la ciudadanía del conjunto de la provincia de León. Desde IzCa consideramos que cualquier decisión política ha de ser tomada democráticamente por el sujeto afectado por esa decisión. Una vez aclaradas estas cuestiones de principios, queremos manifestar también que tenemos muchas dudas de que la mayoría de la población de León comparta el sentido de la moción aprobada en el Ayuntamiento de esa capital el 27 de diciembre, y mucho menos en las provincias de Zamora y Salamanca. Ello no debe ser impedimento para que tal consulta se pueda realizar si hay una demanda significativa para ello.
En tercer lugar, queremos recordar que la involución demográfica y socioeconómica de las provincias de la Comunidad de Castilla y León no afecta solamente a León, Zamora y Salamanca, sino que desgraciadamente es un problema común en el resto de provincias de la Autonomía, tal como es el caso de Ávila, Palencia, Segovia y Soria de manera muy similar, y también Burgos y Valladolid aunque en menor medida. De hecho, seis de las diez provincias del Estado que más población han perdido en los últimos años se encuadran en Castilla y León. Este fenómeno de pérdida de población afecta también al conjunto de capitales de las provincias de la Comunidad. Para documentar tal cuestión incorporamos el gráfico elaborado por El Mundo de Castilla y León según fuentes del INE y un anexo con más datos de interés al final de esta declaración.

La Autonomía de Castilla y León -de manera similar ocurre en Castilla la Mancha- no solo no ha supuesto un elemento de impulso al desarrollo común ni de las diferentes provincias que la componen, sino que ha condicionado un agravamiento en el deterioro de los indicadores demográficos, socioeconómicos, etc. La Autonomía pluriprovincial castellano y leonesa es desde luego un problema para las provincias del Antiguo Reino de León, pero lo es en similar medida para las provincias de origen castellano. La constitución, por tanto, de una autonomía pluriprovincial con las tres provincias del Antiguo Reino de León que se reivindica en la moción, no solo no resolvería el problema sino que lo agudizaría al crear una nueva superestructura política que habría que pagar con recursos públicos. En cualquier caso, el único territorio que potencialmente se podría ver beneficiado sería la ciudad de León, ni tan siquiera el conjunto de la provincia, por la ubicación en esa ciudad que toda la burocracia asociada a la constitución de un ente autonómico.

En los territorios correspondientes con los antiguos reinos que conformaron la Corona de Castilla en la Península se ha venido forjando una larga tradición de identificación con la provincia. La articulación de la administración territorial desde hace siglos ha recaído sobre esta y, sin menoscabo de otras demarcaciones como las comarcas, la respuesta a esta crisis debería buscarse en ella. Lo que tendría que desaparecer en su totalidad, y no duplicarse, es el Régimen Autonómico de Castilla y León, siendo sustituido por las Diputaciones Provinciales, por supuesto modernizadas y democratizadas, tomando como ejemplo las Diputaciones Forales, que serán seguramente las administraciones más eficientes y eficaces entre todas las existentes en el Estado español. Una Diputación elegida democráticamente por distritos provinciales y con las mayores competencias en sus manos, competencias que actualmente recaen en las Autonomías, sí sería un instrumento de gran potencia para revertir la tendencia involucionista demográfica y socioeconómica que sufrimos.

Por supuesto, habría que establecer estructuras de coordinación y planificación supraprovinciales para optimizar recursos sanitarios, educativos, investigadores, etc. que incluyera a las dos Castillas, León y por supuesto también a Madrid. Sería de una gran utilidad para el replanteamiento inevitable de la cuestión territorial en el Estado español.

Estamos a las puertas del V Centenario de la Revolución Comunera, en la que León tuvo un papel muy significativo, protagonismo que también ocurrió hace ahora siglo y medio con la firma del Pacto Federal Castellano de 1869, impulsor de la I República. Es un momento histórico muy oportuno para abordar estas cuestiones con reflexiones rigurosas de fondo y de forma.

En cualquier caso nos sorprende la campaña anticastellana que se ha iniciado a raíz de esta moción y de la que se han hecho eco algunos medios de comunicación de ámbito estatal. Castilla, tal como queda reflejado en los datos que aportamos en este editorial y en el anexo correspondiente, es la nación del Estado más perjudicada por la propia construcción de este a través de sus proyectos autonómicos, convirtiéndose en una auténtica colonia interior del capitalismo español. La puesta en marcha no ha hecho sino reforzar ese proceso. No aceptamos que se hagan ese tipo de consideraciones que corresponden con un pueblo expoliador de sus vecinos. Sería un paradójico caso de expoliador empobrecido. Intuimos que detrás de esa campaña hay intereses muy estrechamente relacionados con la actual situación política y el proceso en marcha de acuerdo para formar gobierno con el Neo-Pujolismo.

ANEXO: Despoblación, desigualdad social y marginación política

La Comunidad de Castilla y León es un territorio de una amplísima superficie, más de 100.000km², el mayor territorio de estas características de Europa Occidental. La población absoluta de Castilla y León ha descendido entre 2008 y 2017 en 131.529 habitantes, una caída del 5,14%, lo que supone que la intensidad del descenso demográfico, iniciado en el periodo autonómico desde mediados de la década de los 80 del siglo XX ha visto incrementado su ritmo de caída en la última década. La población de Castilla y León en el año 2017 era de 2.425.801 habitantes. Hay que remontarse hasta el año 1920 para encontrar una cifra de población más baja. Desde 1981 la población ha descendido un 7,1% en el conjunto de Castilla y León, con provincias como Soria, Palencia y Ávila con descensos superiores al 10% y que alcanzan su cota máxima en Zamora con una caída del 20,7%. Las caídas de población se han generalizado y extendido a todas las provincias sin excepción a partir del año 2008. Las dinámicas demográficas que seguían diferentes pautas y ritmos según nos situáramos en áreas rurales, centros comarcales o áreas urbano-industriales, han empezado a tender a la homogenización desde el año 2008. La Comunidad Autónoma en su conjunto se define bajo los parámetros de la despoblación. Y es que, por ejemplo, de las 12 ciudades más pobladas de Castilla y León, esto es, las nueve capitales de provincia más Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Ponferrada, todas han perdido población entre los años 2012 y 2017.

El periodo histórico de la España de las Autonomías ha supuesto para Castilla y León un crecimiento negativo, un descenso de población que tiene una lógica explicación en las migraciones y el movimiento natural, con otra importante derivada como es el envejecimiento de población. Y es que entre 1981 y 2017 la tasa bruta de natalidad (nacimientos por mil habitantes) se ha reducido a la mitad, de 12,11 a 6,38. Ajustando un poco más el indicador de natalidad, la tasa global de fecundidad (nacimientos por 1.000 mujeres) pasa de 53,95 en el año 1981 a caer hasta los 32,05 en el año 2017. Algo que ni tan siquiera está siendo compensado por la tasa bruta de mortalidad que ha aumentado, pasando del 8,75 al 12,15. Unas cifras que guardan estrecha relación con otro de los rasgos fundamentales para entender la realidad demográfica y sus derivadas, el envejecimiento de la población y las elevadas tasas de dependencia. Basta con poner de relieve un dato, el índice de envejecimiento, entendido como la relación porcentual entre la cantidad de personas mayores de 65 años y la cantidad de personas menores de 15 años, se ha triplicado entre 1981 y 2018 pasando del 58,4% a 193,5% en el conjunto de Castilla y León. La tasa de dependencia de población envejecida, relación entre la población de más de 64 años y la población entre 15 y 64 años, también ha aumentado significativamente, pasando del 24 % en 1981 a alcanzar el 40 % en el año 2018, lo que la convierte en la más elevada de todo el Estado. De la misma forma se ha incrementado la proporción de personas mayores de 64 años, que en 1981 es de 14,03 y en 2018 es del 24,9. La edad media ha pasado de 37 a 47 años, pero con una esperanza de vida alta, la segunda mayor de todo el estado con 83,8 años.

El periodo autonómico ha supuesto una profundización de la debilidad demográfica de Castilla y León y un aumento de los desequilibrios regionales respecto a áreas con mayor desarrollo económico, fundamentalmente en relación a Madrid. Fallando estrepitosamente en las dos cuestiones principales que se suponía venía a resolver la España de las Autonomías cuando fue planteada hace cuatro décadas.

El éxodo rural de los años 60 del siglo XX, que supuso el final de la agricultura de subsistencia y la emigración masiva desde el campo a unas ciudades en proceso de crecimiento urbanístico derivada de una intensa industrialización necesitada de mano de obra, supuso un cambio profundo del espacio castellano-leonés, una transformación radical de un escenario inalterado desde hacía siglos. Pero mientras el éxodo rural respondía a unos cambios geográficos y territoriales tangibles, bien plasmados en la realidad vital del campo y la ciudad, la burbuja inmobiliaria y todas sus derivadas territoriales y financieras, con su liberalización de las políticas de suelo, clasificación masiva de suelos urbanizables y construcción desproporcionada de viviendas como mero producto financiero, no respondía ni a una necesidad objetiva ni a una realidad económica. Fue un proceso ficticio diseñado desde los despachos de banqueros, constructores y políticos. Respondía a unos claros intereses económicos e ideológico-políticos, basados en la obtención de crédito-deuda que alimentara e hiciera efectivas las expectativas de negocio privado derivadas de la liberalización masiva del suelo, ejecutadas por parte de los partidos dominantes en las instituciones y administraciones públicas. Un proceso financiero sin base territorial donde el espacio se configuró como paisaje especulativo al margen de las capas mayoritarias de la población.

La despoblación es un grave síntoma, la marginación política y la desigualdad social es la enfermedad que se ceba con las Castillas y León. Las causas de la despoblación en Castilla y León desde mediados del siglo XX son múltiples: históricas, geográficas, sociales, culturales, pero sobre todo son económicas y políticas. Y si bien todos estos factores han intervenido a lo largo de diferentes ciclos históricos, la actual situación debe mucho al periodo conocido como la España de las Autonomías y al papel marginal en lo económico y lo político asignado en ella a los territorios castellanos, tanto en el marco español como en su contexto europeo, que lo han hecho más vulnerable a los efectos de la crisis global de 2008. El final de la llamada crisis demográfica, de la crisis en general, difícilmente se va materializar manteniendo las mismas políticas y los mismos protagonistas que han monopolizado todo el conglomerado de poder dentro de marco autonómico y estatal del actual Régimen. Tampoco dentro del actual modelo territorial y competencial. La realidad urge y los cambios globales en materia política y territorial parecen no solo necesarios sino inevitables.

Por adecuación geográfica, tradición histórica y arraigo en la percepción popular e identitaria, la provincia podría ser una escala territorial efectiva para enfrentar los graves problemas políticos y socioeconómicos en los territorios castellanos, incluida la realidad demográfica y la gestión de la sanidad pública. Articulando la configuración de unas estructuras políticas-administrativas más adecuadas a la gestión del territorio, en cuanto a su dimensión, recursos y competencias, donde la proximidad vaya de la mano de la soberanía.

Los párrafos de este anexo han sido extraídos del artículo “La población en la planificación de la Sanidad Pública de Castilla y León”, del geógrafo Pablo Arroyo, elaborado en verano de 2018.

RV/PVE comenta Martha Gellhorn vuitanta-un anys desprès…

800px-Martha_Gellhorn_stamp
I sap una altra cosa? Aquest país és massa bonic perquè els feixistes se’l facen seu. Ja han convertit Alemanya, Itàlia i Àustria en quelcom tan repugnant que fins i tot el paisatge és lleig. Quan conduïsc per les carreteres d’ací i hi veig les muntanyes de pedra i els camps aspres a banda i banda, els para-sols clavats a la sorra de les platges, els pobles de color de terra i els llits de grava dels rius, la cara dels seus llauradors, pense: s’ha de salvar Espanya per a la gent decent, és massa bonica com per malbaratar-la! »
— Carta de Martha Gellhorn a Elionor Roosvelt, Barcelona, 1938

Però no es va salvar i els feixistes se’l van fer seu…
“Per a nosaltres Espanya, com a possibilitat d’un projecte compartit i contemplant la Constitució espanyola de 1978 i el seu desenvolupament, va finiquitar definitivament l’1 d’abril de 1939. L’Estat Valencià que nosaltres, sobiranistes valencians republicans, reivindiquem no pot contemplar cap acord o dependència amb altres Estats sobirans si no estan fets des de la nostra total independència, a la qual mai renunciarem.”
La casa que vull. pàg. 49 de ‘Per la República Valenciana, d’Oriola a Vinaròs’

Estratègia republicana o acomodament autonomista? article que parla sobre la República Catalana, útil per l’esdevenir de la República Valenciana

Estratègia republicana o acomodament autonomista?

Dissabte passat, 14 de desembre, es va dur a terme la Convenció Republicana del Sobiranisme Progressista, C14D, una iniciativa que va aplegar més de 350 persones i 24 ponents de diferents tradicions polítiques i socials amb el denominador comú de la lluita per l’autodeterminació, l’amnistia, i la República Catalana.

L’objectiu era debatre sobre continguts i estratègies per al moviment republicà català, cercant elements que permetin desplegar una acció coordinada i mínimament unitària entre els diferents agents que conformen el moviment per encarar el camí de la ruptura democratica i la construcció republicana.

Pel que fa als continguts, la C14D va servir per constatar de nou un consens -si més no formal- en el sentit que el moviment republicà, per esdevenir hegemònic, necessita urgentment demostrar el seu caràcter social: la República no pot ser tan sols un projecte de radicalitat democràtica contraposat a l’autoritarisme de l’estat i l’onada feixista que recorre el planeta, sinó que tan sols tindrà sentit per a amplis sectors populars en la mesura que signifiqui un projecte d’igualtat, justícia social i plenitud de drets fonamentals i de ciutadania.

No hi ha República sense ciutadans lliures, i no es pot parlar de cuitadania lliure en un sistema econòmic que condemna a la precarietat, a l’explotació extrema i/o a  l’exclusió bona part de la població, mentre blinda els beneficis i el saqueig de recursos per part de l’oligarquia. Les polítiques de transformació i igualació social, indestriablement unides a les de radicalitat democràtica en el sentit d’empoderar la ciutadania davant el capital financer han de situar-se, doncs, en l’eix central del projecte republicà.

Fins aquí, tots d’acord. El problema ve, però, a l’hora de definir i concretar l’estratègia més adient per avançar, ja que és aquí on es va fer palesa una discrepància d’arrel, que parteix fins i tot d’anàlisi divergents respecte l’estat opressor, les seves eines i els seus agents.

Així, per exemple, diferents intervencions (entre altres la del nostre company Albert Botran) denunciaven la fal·làcia que pretén dissociar l’acumuació de forces amb la confrontació, quan és evident que l’independentisme tan sols creix quan es confronta a un estat autoritari, corrupte i oligàrquic. Nora Sànchez (Comunistes) i Albert Botran (PL) coincidien en què la crisi territorial-nacional és la baula feble del règim monàrquic espanyol, i que tota estratègia de ruptura ha de passar per incidir en aquesta contradicció, mantenir el conflicte i afeblir el règim.

Ambdós coincidien també, junt amb altres ponents, en la necessitat d’entendre l’acció a les institucions com una pota més de l’acció política, que ha de sustentar-se en un augment dels nivells de consciència, organització i mobilització populars. Remarcaven la necessitat, doncs, de desplegar una acció coordinada des del carrer, les institucions i els centres de treball.

Alhora, tant Botran com Aurora Madaula (AxR) van fer referència a la necessitat de desplegar eines d’institucionalitat i representativitat pròpies, com l’Assemblea d’Electes o els Consells per la República, que poguessin desplegar la lluita més enllà de la cotilla que suposa la intervenció dins les institucions del règim monàrquic i autonòmic.

Per contra, la intervenció d’en Joan Tardà (ERC) va consistir en vendre com a estratègia republicana el que no és res més que un pla per governar les engrunes de l’autonomisme. Partint de la consideració del PSC (i del PSC actual!) com a un “element central del catalanisme”, Tardà es va limitar a propugnar un avançament de les eleccions autonòmiques per articular “un govern d’ERC, Comuns i la CUP amb suport del nacionalisme de centre-dreta i fins i tot del PSC.”

Va fiar el futur del moviment a la creació d’un “Front Ampli” social-demòcrata a l’estil uruguaià, obviant una petita diferència: Uruguai és un estat, i els Països Catalans una nació ocupada per un estat; i obviant també una trista realitat: la derrota dels fronts amplis llatino-americans precisament per no haver previst la necessitat d’eines per confrontar amb les oligarquies i els poder econòmics, mediàtics i judicials.

…I es va quedar tan ample, tot reblant la seva intervenció amb insults vers els qui, a diferència del seu blanquejament del partit de la LOAPA, del GAL i del 155, sempre hem fet palesa una realitat, que pel que es veu cou molt als qui tenen pressa per substituir el pujolisme com a gestors de l’autonomia: que el PSOE no es res més que el pilar central del règim a Catalunya.

L’altre pilar, que era CiU, per si algú no s’ha adonat, s’ha esquerdat en la mesura que la reestructuració capitalista i dels espais de poder a l’estat espanyol i la UE han acabat amb l’idili  entre l’oligarquia (la que defensen el PSOE, El Periódico, El País i La Vanguardia) i la petita i mitjana burgesies que veient amenaçades la seva supervivència com a classe han emprès el camí del sobiranisme.

D’això, i de res més, van les lluites entre PDCAT, Junts per Catalunya, La Crida… i ERC, que per molt que vulgui revestir-se d’un discurs esquerranista, comparteix amb l’espai post-convergent no tan sols el gruix del seu target electoral, sinó també les seves propostes programàtiques i polítiques concretes a nivell econòmic i social (com, per exemple, en l’àmbit de la gestió privada de serveis públics o, més en concret, en el de l’educació, com a principals valedors i aplicadors -excepte pel que fa al finançament, of course– de la LEC).

L’estratègia republicana ha de ser necessàriament una estratègia de ruptura, i no perquè ens faci gràcia, sinó perquè l’oligarquia i el seu estat hereu i portador de les essències víriques del franquisme ens han demostrat que tan sols contemplen una “reforma”: la involució autoritària i la retallada de drets i llibertats. Cal, per tant, explotar al màxim les contradiccions i fugir d’escenaris d’estabilitat que permetin la recomposició de les forces d’ordre.

Convindria, doncs, que no ens féssim trampes al solitari, i que no confonguéssim una de les necessitats imperants del moviment com és l’hegemonia cultural i política de l’esquerra en el més estricte sentit gramscià, amb la simple substitució dels gestors d’una institucionalitat degradada i amb escassos marges d’intervenció.

Certament, ens calen un Govern i uns Ajuntaments que forcin al màxim les polítiques d’igualació i justícia social, entre altres coses per desemmascarar el caràcter oligàrquic de l’estat i mostrar la impossibilitat de garantir els drets socials més bàsics dins el marc del règim monàrquic espanyol. Però, alhora (i d’això se’n va parlar ben poc en el capítol d’estratègia, però molt en el de llibertats republicanes) ens cal assumir l’empoderament popular i el paper central de la ciutadania organitzada i mobilitzada en la construcció del projecte republicà.

Una estratègia de ruptura ha de contemplar l’acció coordinada a tres nivells: un és el del marc institucional fixat pel règim, però històricament sabem que juguen un paper fonamental el de la mobilització popular i la resistència civil no-violenta, i el de la construcció d’eines de contra-poder republicà.

Cal fugir de calendaris, perquè el contrari també juga, però cal centrar-se en dues qüestions: afeblir l’enemic (l’estat espanyol i l’oligarquia) tot accentuant-ne les contradiccions per forçar una nova finestra d’oportunitat, i acumular el màxim de forces i d’eines d’intervenció per guanyar el proper embat.

Sigui com sigui, cal tenir en compte i valorar positivament la diversitat i la disparitat d’opinions (sovint entre persones que compartixen un mateix espai de militància o una mateixa referència electoral) expressades en la convenció. Caldrà, per descomptat, aprofundir en els debats i baixar a les concrecions per saber quins camins -esperem que molts- estem disposat a recórrer junts.

I, en tot cas, segur que aquesta iniciativa ajudarà a clarificar i repintar un mapa polític que encara avui pivota a l’entorn del règim monàrquic, oligàrquic i autonòmic, ja sigui per crítica o per defensa. Les organitzacions polítiques, socials, sindicals són només eines, i ara ens calen eines i idees per a la deconstrucció de l’estat i la construcció d’una República Catalana socialment justa i radicalment democràtica.

duesrepubliques
Dues banderes, dues Repúbliques

Dues banderes que aspiren a representar dos Estats. Bé, les banderes no aspiren a res, són inanimades, els qui aspiren a alguna cosa són els que lluiten perquè representin els seus Estats davant les nacions del Món.
Dues banderes singulars, paral·leles en el seu origen sobirà i mestresses de la història que faran.
Ara no són banderes d‘Estat, sinó banderes de moviments d’alliberament.
Ara són banderes provisionals, per conèixer-nos i aplegar-nos. Les banderes “definitives” es fixaran quan el poble es doni la Constitució.
Estem al començament d’un curs que passaran, que farem!, moltes coses. Penseu un moment en la bandera.
Visca la bandera republicana!
Julià Cabot

Un simpatitzant de RV/PVE fa una pregunta i Víctor Baeta li contesta.

UN SIMPATITZANT FA AQUESTA PREGUNTA:
Si be els valencians som una nació, un poble “diferenciat” i per lo tant podríem formar un nou estat, veient i analitzant les condicions materials de hui dia en l’Estat Espanyol, no penseu (el partit) que lo que més trellat té és una República Federada Espanyola (o confederada com mencioneu en el document Reflexions de de RV/PVE sobre Espanya, gènesi i futur), encara que l’objectiu siga una República exclusivament valenciana?
I VÍCTOR BAETA CONTESTA:
  1. No considere el poble valencià (tots els residents de la CV) com un poble ‘diferenciat’. El concebo com podem concebre el ‘poble’ que formaven els independentistes americans front a l’Imperi Britànic. El poble valencià (conjunt de residents de la Comunitat Valenciana), és un poble divers amb interessos compartits i front a l’Estat espanyol, RV/PVE els hi fa una proposta als valencians i a les valencianes.
  2. Una Federació sense l’existència prèvia de les PARTS (Estats/Repúbliques) que negocien en pla d’IGUALTAT un PACTE FEDERAL, és una estafa.

Respecte a allò que preguntes, este és el nostre plantejament.
Però la contingència dels fets i de la història manaran finalment.
Els independentistes republicans catalans no estan esperant cap Federació.
És més, la seua acció política tal vegada force a l’assumpció d’una Federació d’ells amb… amb qui?
Pense que hem d’anar a les construccions de les PARTS.
La Federació, si no es vol que siga una estafa, es fa de l’acord (pacte federal) entre les PARTS.
A catalans i bascos els oferiran la Federació perquè seran PARTS realment existents. PODRAN -si volen i els interessa- PACTAR!!!
Els valencians -POLÍTICAMENT- volem existir?
Llavors cal lluitar per fer possible ser una PART, per fer possible l’Estat valencià, la nostra República sobirana.
En la possible Federació sols comptaran les PARTS que s’hagen guanyat el ser una PART, ser un Estat, ser una República.
Quan més a prop estem els valencians de ser una PART, un Estat (els catalans s’ho estan treballant) més serem tinguts en compte per a construir i decidir sobre una possible Federació.
Si els valencians no ens ho guanyem, no existirem políticament, els valencians no comptarem per a res, ningú pactarà amb nosaltres res.
Sols es comptarà amb les PARTS realment existents.
(…)
La pregunta que fas al principi és el plantejament que ens venen i fan els republicans espanyols als valencians perquè no lluitem per ser sobirans i no assolim ser una PART.
Cal que ens preguntem, si el poble valencià (residents de l’actual CV) no assolim ser una PART (l’Estat valencià/la República) entre les PARTS, llavors que serem?
Resposta: els valencians serem el que som ara: RES POLÍTICAMENT!

Puigdemont, Junqueras, Comin… han d’entrar al Parlament Europeu ja!!! Solidaritat amb Quim Torra!!! Llibertat presos polítics i retorn dels exiliats!!!

DOCUMENT DE LA SENTÈNCIA EUROPEAEn les darreres hores hem estat testimonis de dues maneres de funcionar de la justícia.

Per una banda, el Tribunal de Justícia de la Unió Europea (TJUE) ha dictat que l’exvicepresident de la Generalitat i president d’ERC, Oriol Junqueras, hauria hagut de ser reconegut eurodiputat des de la proclamació oficial dels resultats de les eleccions al Parlament Europeu del passat mes de maig i gaudir “des d’aquell mateix moment” d’immunitat. Fins al moment, s’han vulnerat els seus drets polítics i fonamentals.

Entenem que aquesta sentència també afecta directament a la situació del President Carles Puigdemont i del conseller Toni Comín perquè, igual que Oriol Junqueras, van ser elegits eurodiputats el 26 de maig i els seus drets també han estat vulnerats.

Sempre hem cregut que la justícia europea donaria la raó a la democràcia, als drets civils i a la llibertat.

Estem convençuts que aquesta sentència és un primer pas. Confiem que allà on el sistema judicial funciona els nostres arguments i les nostres raons, seran escoltats.

El Partit Demòcrata no pararà fins aconseguir l’alliberament de tots els presos polítics i exiliats.  Podem guanyar i guanyarem. Aquesta és una missió que demana temps i esforços però persistirem i guanyarem.

Per altra banda, durant les darreres hores hem estat testimonis d’una altra manera de fer justícia o, en aquest cas, de fer injustícia. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha condemnat el President de la Generalitat, Quim Torra, a un any i mig d’inhabilitació per un delicte de desobediència en mantenir la pancarta per la llibertat dels presos i el llaç groc, malgrat l’ordre de la Junta Electoral Central (JEC).

Recordem que el President Torra va ser jutjat el 18 de novembre per tres magistrats del TSJC per un delicte de desobediència a l’ordre de la JEC, que va dictar que havia de retirar els símbols en període electoral per mantenir la neutralitat. El President de la Generalitat va desobeir perquè no volia complir una “ordre il·legal”. Però això no ha preocupat ni ha fet pensar a la justícia espanyola, que ha decidit actuar amb ànim de revenja, amb esperit de càstig exemplar.

Així no es pot tractar a la Generalitat de Catalunya ni al seu president, ni al Parlament de Catalunya que l’ha escollit, ni molt menys al poble de Catalunya que és qui vota i configura el Parlament.

De nou, aquesta voluntat d’usar la justícia com a braç executor d’una política covarda de laminació de qui no pensa com tu, ens demostra que és més important que mai el diàleg. Però un diàleg franc, sense limitacions, i que pugui ser real i realista.

L’Estat espanyol no pot atenallar ni segrestar la voluntat dels catalans. I contra aquesta estratègia irresponsable i obsessiva sempre trobarà davant el Partit Demòcrata. Donem tot el suport al President Torra, com li donem tot el suport al President Puigdemont i a la resta d’exiliats i de presos polítics. Això no s’acaba aquí, i farem el què convingui, quan i on convingui per sortir d’aquesta situació de paràlisi política i de vulneració de drets civils, polítics i socials.