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Levante-EMV publica l’article “Pacto federal o vía catalana” de Víctor Baeta

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Pacto federal o Vía catalana (2)

En mi artículo anterior “Los valencianos y España” (Levante-EMV  16-06-17) una idea fuerza era esta: «la Nación española o España subsistirá mientras sobreviva el Imperio que forjó Castilla». Esta idea la deduje del libro Contra el «mito Carl Schmitt» del profesor murciano Jerónimo Molina Cano. Su lectura me llevó al katéjon paulino, palabra que usa el Apóstol de los gentiles para designar el obstáculo que detiene la venida del Anticristo (2 Tes 2, 7). Agustín de Hipona interpretó dicho obstáculo como el Imperio Romano: «Mientras perdure el Imperio, el mundo no perecerá» afirmó; de ahí inferí, a partir de un katéjon nuestro particular, que: “Mientras perdure [el=su] Imperio [el mundo=España] no perecerá”. Ciertamente un Imperio que, con la rebelión pacífica que se ha iniciado ya en una parte de los territorios de la antigua y conquistada militarmente Corona de Aragón, parece entrar en su fase terminal definitiva.

En este segundo artículo, columbrando el final factible del Imperio –de la autoridad suprema, de la soberanía imperial, eufemísticamente rebautizada como la del «pueblo español»– y el consecuente finiquito de ‘esa’ España, la idea fuerza que propongo a los valencianos –para que la abanderen en este nuevo tiempo– es la «igualdad y libertad soberana» que ha de resplandecer entre todos y cada uno de los antiguos súbditos del Imperio que acontecerán libres, iguales y soberanos, para poder pactar, entre ellos, sus dependencias e independencias. Superado el Estado imperial de la «suprema autoridad» –traducción castellana en 1590 de souveraineté– habrá que, a partir de los Estados libres y soberanos, construir un Estado moderno neutral (Bodino), superador de antinomias. Un estado neutral, coordinador de estados soberanos. Un estado de estados soberanos que podrá acontecer soberano si es y no deja de serlo, neutral.

Pero para llegar a ello sería necesario y previo, un pacto entre los demócratas; se consideren republicanos o no; ya sean unionistas o soberanistas o independentistas. Un pacto entre demócratas para instaurar un nuevo Estado democrático, moderno y neutral. Un pacto entre demócratas, comprometidos en respetar, en cada territorio, los resultados de los procesos constituyentes generados democráticamente en cada uno de sus parlamentos.

El pacto ha de ser entre, por una parte, los demócratas –republicanos o no– partidarios del Estado unitario español, que aún no se han desprendido de la herencia imperial y, de otra, los republicanos, también demócratas, territoriales que cifran sus esperanzas de liberación y prosperidad en instaurar Estados republicanos independientes del ‘Reino de España’. Este pacto es la condición necesaria para obtener, a partir de la unidad de acción, el objetivo de lograr mayorías constituyentes en todos los parlamentos del Estado.

Delimitadas ya las partes, pasemos al contenido del pacto:
1.  Proponemos pactar un Estado confederal partiendo de la non nata y única propuesta de constitución federal, la republicana de 1871. De inicio, proponemos redactar los artículos 42 y 43 de la siguiente manera:
Artículo 42.- La soberanía reside en los ciudadanos, y se ejerce en representación suya por los organismos políticos de la República constituidos por medio del sufragio universal.
Artículo 43.- Estos organismos son:- los parlamentos soberanos de los distintos Estados constituidos.- el parlamento de la Confederación.
2.  Proponemos pactar entre las partes la lealtad mutua para ganar democráticamente en cada uno de los parlamentos, respetando los Estados soberanos que acontezcan y, entre todos, el parlamento de la Confederación.

Sin este pacto federal entre las partes, la asunción del Nuevo estado moderno y neutral que nosotros, soberanistas valencianos, entendemos republicano, es del todo imposible. La ausencia del pacto contribuirá a la continuidad de la monarquía de matriz imperial y abocará a la independencia de los territorios con capacidad para conseguirla. Cataluña a falta de este pacto ya ha iniciado ese proceso de manera unilateral. Los valencianos que mayoritariamente no son independentistas pero si lo somos republicanos y confiamos que, llegado el momento, lo seamos también soberanos –de un Estado valenciano soberano artífice de una Confederación neutral– hemos de encabezar este proceso.

Pero para poder empezar hablar de un Pacto Federal a partir de la realidad existente, entendemos que es necesario comenzar por acordar la derogación de la LEY DEL PROCESO AUTONOMICO Ley 13/83 (14/10/1983), forzada por los agentes del Imperio escudados en el 23F, cosa que abordaremos en un próximo artículo: “De las autonomías del Imperio a los estados de la Confederación” (3).

Víctor Baeta de RV/PVE

Levante-EMV publica l’article “Los valencianos y España” de Víctor Baeta

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TEXT ORIGINAL (en roig allò no transcrit)

Los valencianos y España (1)
Antes de entrar a analizar la relación existente entre los valencianos y España, definamos los términos.
–         Valencianos, es decir, los cinco millones de residentes de la actual Comunitat Valenciana, d’Orihuela-Oriola a Vinaròs, territorio del histórico Regne de València, borrado políticamente del mapa de Europa, por el “justo derecho de conquista” acción bélica que se plasmó jurídicamente en el decreto borbónico de Nueva Planta del 29 de junio de 1707.
–         España o Nación española o Pueblo español o Estado español, es decir, la concreción del proyecto imperial de los soberanos de Castilla, explicitado en el primer artículo de la primera Constitución española, la de 1812, que dice:
Artículo 1: La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Definición que liga el concepto de España a la idea de Imperio y en consecuencia, la Nación española o España subsistirá mientras sobreviva el Imperio que forjó Castilla o, para ser rigurosos, mientras sobreviva el Imperio que forjaron los soberanos (reyes, oligarquías o parlamentos) que eligieron Castilla como metrópoli de su imperio. De ese Imperio castellano, rebautizado español desde 1812, en la actualidad, desprendidas ya las colonias de ultramar, solo restan los territorios de la antigua Corona de Aragón y los enclaves africanos de las Islas Canarias y las ciudades marroquís de Ceuta y Melilla. La relación con Navarra y Vasconia es ambigua, en apariencia de no dominio y basada en el pacto.
Para los valencianos la Nueva Planta de 1707 está vigente. La soberanía territorial que se define en ella y cuya única legalidad jurídica surge de «el justo derecho de conquista», es la base de todas las constituciones españolas, desde la primera de 1812, hasta la actual, pasando por la republicana de 1931.  La soberanía que aduce el Estado español, por su génesis, es espuria y los treinta y dos  diputados valencianos,  diluidos en su parlamento, tan inocuos políticamente como los procuradores saharauis en las Cortes franquistas. Para los valencianos el Estado español solo es garantía de espolio. Al recaudar nuestros impuestos y decidir unilateralmente el pago del gasto y las inversiones públicas nos tratan como lo que somos para ellos: una colonia. Su criterio distributivo es: a estos les damos los restos y si quieren algo que se lo paguen.
Ahora, en mayo del 2017, asistimos de nuevo al baile de eunucos de los parlamentarios valencianos en Madrid, castrados y bien cebados, para asentir –no sin ciertas ‘distracciones’ demagógicas de algunos- ante la ignominia que representan los presupuestos del Estado español para con los cinco millones de valencianos. Decimos ‘distracciones’ porque, en esta segunda restauración monárquica, los valencianos somos ‘distraídos’ por la oposición de turno con la excusa que es el ‘otro’, el Gobierno central o autonómico respectivo en el poder, el responsable de que los valencianos seamos tratados con menosprecio por todos ellos. Estén las derechas españolas en el poder, estén las izquierdas españolas en el poder, la consideración  por parte del Estado español respecto a los valencianos es siempre la misma: desaire y ninguneo.
A los valencianos no nos aprovechan los Rajoy o Rivera, pero tampoco los que aspiran a substituirles: los Sánchez o Iglesias, a los que se ha sumado entusiásticamente ‘nuestro’ Baldoví, para mejor “ofrenar noves glòries a…” la izquierda española. Pero ya tampoco el PPCV o el PSPV o Compromís o Ciudadanos o Podemos, supeditados todos ellos a lo que les marcan desde Madrid.
Los valencianos o ejercemos políticamente de valencianos o se nos continuarán miccionando encima de manera inmisericorde como desde siempre  lo están haciendo. Los valencianos hemos de tomar nota de los navarros, de los canarios, de los catalanes y de los vascos.
Los valencianos hemos de evitar que nos distraigan con los cantos de sirenas de las derechas e izquierdas españolas que, con sus discursos,  se reparten las clientelas para mantenernos a los valencianos bien divididos y mejor neutralizados.
El tren de la historia se acerca de nuevo y los valencianos esta vez nos hemos de aprestar para subirnos a él y no dejarlo pasar. Pero cómo subirnos y para que, será el motivo de otro artículo: Pacto federal o vía catalana (2).

Víctor Baeta de RV/PVE
València, mayo del 2017

Pacte federal o Via catalana (2), article de Víctor Baeta

Pacte federal o Via catalana (2)
En el meu article anterior “Els valencians i Espanya” una idea força era aquesta: «la Nació espanyola o Espanya subsistirà mentre sobrevisca l’Imperi que va forjar Castella». Aquesta idea la vaig deduir després de llegir el llibre “Contra el «mite Carl Schmitt»” del professor murcià Jerónimo Molina Cano. La seua lectura em va portar al katéjon  paulí, paraula que usa l’Apòstol dels gentils per a designar l’obstacle que deté la vinguda del Anticrist (2 Tes 2, 7). Agustí d’Hipona interpreta aquest obstacle com l’Imperi Romà: «Mentre perdure l’Imperi, el món no perirà» va afirmar; d’ací vaig inferir, a partir d’un katéjon nostre particular, que: “Mentre perdure [el=el seu] Imperi [el món=Espanya] no perirà”. Certament un Imperi que, amb la rebel·lió pacífica que s’ha iniciat ja en una part dels territoris de l’antiga i conquerida militarment Corona d’Aragó, sembla entrar ja en  la seua fase terminal definitiva.
En aquest segon article, afigurant el final factible de l’Imperi –de l’autoritat suprema, de la sobirania imperial, eufemísticament rebatejada com la del «poble espanyol»– i la conseqüent liquidació d’aqueixa Espanya, la idea força que propose als valencians –perquè l’abanderen en aquest nou temps– és la «igualtat i llibertat sobirana» que ha de resplendir entre tots i cadascun dels antics súbdits de l’Imperi que esdevindran lliures, iguals i sobirans, per a poder pactar, entre ells, les seues dependències i independències. Superat l’Estat imperial de la «suprema autoritat» – traducció castellana en 1590 de souveraineté – caldrà, a partir dels Estats lliures i sobirans, construir un Estat modern neutral (Bodino), superador d’antinòmies.  Un estat neutral, coordinador d’estats sobirans. Un estat d’estats sobirans que podrà esdevenir sobirà si és i no deixa de ser-ho, neutral.
Però per a arribar a açò seria necessari i previ, un pacte entre els demòcrates; es consideren republicans o no; ja siguen unionistes o sobiranistes o independentistes. Un Pacte entre demòcrates per a instaurar un nou Estat democràtic, modern i neutral. Un pacte entre demòcrates, compromesos a respectar en cada territori els resultats dels processos constituents generats democràticament en cadascun dels seus parlaments.
El pacte ha de ser entre, d’una banda, els demòcrates –republicans o no- partidaris de l’Estat unitari espanyol, que encara no s’han desprès de l’herència imperial i, d’una altra, els republicans, també demòcrates,  territorials que xifren les seues esperances d’alliberament i prosperitat en instaurar Estats republicans independents del ‘Regne d’Espanya’. Aquest pacte és la condició necessària per a obtenir, a partir de la unitat d’acció, l’objectiu d’aconseguir majories constituents en tots els parlaments de l’Estat.

Delimitades ja les parts, passem al contingut del pacte que proposem:

  • Proposem pactar un Estat confederal partint de la non nata i única proposta de constitució federal, la republicana de 1871. D’inici, proposem redactar els articles 42 i 43 de la següent manera:

Article 42º.- La sobirania resideix en els ciutadans, i s’exerceix en representació seua pels organismes polítics de la República constituïts per mitjà del sufragi universal.
Article 43: Aquests organismes són:
– els parlaments sobirans dels diferents Estats constituïts
– el parlament de la Confederació.

  •  Proposem pactar entre les parts la lleialtat mútua per a guanyar democràticament en cadascun dels parlaments, respectant els Estats sobirans que esdevinguen i, entre tots, el parlament de la Confederació.

Sense aquest pacte federal entre les parts, l’assumpció del Nou estat modern i neutral que nosaltres, sobiranistes valencians, entenem republicà, és del tot impossible. L’absència del pacte contribuirà a la continuïtat de la monarquia de matriu imperial i abocarà a la independència dels territoris amb capacitat per a aconseguir-la. Catalunya per manca d’aquest pacte  ja ha iniciat aqueix procés de manera unilateral. Els valencians que majoritàriament no són independentistes però si ho som de republicans i confiem que arribat el moment el siguem també sobirans -d’un Estat valencià sobirà artífex d’una Confederació neutral- hem d’encapçalar aquest procés.
Però per a poder començar a avançar i poder parlar d’un Pacte Federal a partir de la realitat existent, entenem que és necessari acordar ja la derogació de la LEY DEL PROCESO AUTONOMICO  Llei 13/83 (14/10/1983), forçada pels agents de l’Imperi escudats en el 23F, cosa que abordarem en un pròxim article: “De les autonomies de l’Imperi als estats de la Confederació” (3).

Víctor Baeta de RV/PVE

València, 10 de maig 2017

(per a llegir la versió en castellà cliqueu ACÍ)

Els valencians i Espanya (I) article de Víctor Baeta

Els valencians i Espanya (I)

Abans d’entrar a analitzar la relació existent entre els valencians i Espanya, definim els termes.

  • Valencians, és a dir, els cinc milions de residents de l’actual Comunitat Valenciana, d’Oriola a Vinaròs, territori de l’històric Regne de València, esborrat políticament del mapa d’Europa, pel “justo derecho de conquista” acció bèl·lica que es va plasmar jurídicament en el decret borbònic de Nueva Planta del 29 de juny de 1707.
  • Espanya o Nació espanyola o Pueblo espanyol o Estat espanyol, és a dir, la concreció del projecte imperial dels sobirans de Castella, explicitat en el primer article de la primera Constitució espanyola, la de 1812, que diu:  Artículo 1: La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. Definició que lliga el concepte d’Espanya a la idea d’Imperi i en conseqüència, la Nació espanyola o Espanya subsistirà mentre sobrevisca l’Imperi que va forjar Castella o, per a ser rigorosos, mentre sobrevisca l’Imperi que van forjar els sobirans (reis, oligarquies o parlaments) que van triar Castella com a metròpoli del seu imperi. D’aqueix Imperi castellà, rebatejat espanyol des de 1812, en l’actualitat, independitzades ja les colònies d’ultramar, solament resten els territoris de l’antiga Corona d’Aragó i els enclavaments africans de les Illes Canàries i les ciutats marroquines de Ceuta i Melilla. La relació amb Navarra i Bascònia és ambigua, en aparença de no domini i basada en el pacte.

Per als valencians la Nueva Planta de 1707 està vigent. La sobirania territorial que es defineix en ella, basada en l’única legalitat jurídica del «justo derecho de conquista», és la base de totes les constitucions espanyoles, des de la primera de 1812, fins a l’actual, passant per la republicana de 1931.  La sobirania que addueix l’Estat espanyol, pel seu gènesi, és espúria i els trenta-dos  diputats valencians,  diluïts en el seu parlament, tan innocus políticament com els procuradors sahrauís en les Corts franquistes. Per als valencians l’Estat espanyol solament és garantia d’espoli. En recaptar els nostres impostos i decidir unilateralment el pagament de la despesa i les inversions públiques ens tracten com el que som per a ells: una colònia. El seu criteri distributiu és: a estos les damos los restos y si quieren algo que se lo paguen.

Ara, al maig del 2017, assistim de nou al ball d’eunucs dels parlamentaris valencians a Madrid, castrats i ben encebats, per a assentir –no sense certes ‘distraccions’ demagògiques d’alguns- davant la ignomínia que representen els pressupostos de l’Estat espanyol envers els cinc milions de valencians. Diem ‘distraccions’ perquè, en aquesta segona restauració monàrquica, els valencians som ‘distrets’ per l’oposició de torn amb l’excusa que és l’ «altre», el Govern central o autonòmic respectiu en el poder, el responsable que els valencians siguem tractats amb menyspreu per tots ells. Estiguen les dretes espanyoles en el poder, estiguen les esquerres espanyoles en el poder, la consideració  per part de l’Estat espanyol respecte als valencians és sempre la mateixa: ignorància i ninguneig.

Als valencians no ens aprofiten els Rajoy o Rivera, però tampoc els que aspiren a substituir-los: els Sánchez o Iglesias, als quals s’ha sumat entusiàsticament el ‘nostre’ Baldoví, per a millor “ofrenar noves glòries a…” l’esquerra espanyola. Però ja tampoc el PPCV o el PSPV o Compromís o Ciudadanos o Podemos, supeditats tots ells al que els marquen des de Madrid.

Els valencians o exercim políticament de valencians o se’ns continuaran pixant damunt de manera immisericorde com des de sempre  ho estan fent. Els valencians hem de prendre nota dels navarresos, dels canaris, dels catalans i dels bascos.

Els valencians hem d’evitar que ens distraguen amb els cants de sirenes de les dretes i esquerres espanyoles que, amb els seus discursos,  es reparteixen les clienteles per a mantenir-nos als valencians ben dividits i millor neutralitzats.

El tren de la història s’acosta de nou i els valencians aquesta vegada ens hem d’aprestar per a pujar-nos a ell i no deixar-ho passar. Però com pujar-nos i perquè, serà el motiu d’un altre article: Pacte federal o via catalana (2).

Víctor Baeta de RV/PVE

(per llegir la versió en castellà cliqueu ACÍ)

 

Polèmiques entre espanyols (bascs i valencians) comunitaris.
Al català Puigdemont el deixem a banda perquè vol deixar de ser-ho (espanyol)

Cobrar por ser españoles


¡Milagro, milagro! El baranda de la Comunidad Valenciana ha visto la luz de la financiación territorial y ya no piensa que los ciudadanos de la CAV y Navarra son unos morrudos que viven a cuenta del sudor de los sufridos españoles. Gracias a la intercesión del lehendakari —¡Santo súbito!—, Ximo Puig salió de Ajuria Enea predicando que el Concierto (y entendemos que también el Convenio) no tiene nada de injusto ni es insolidario. Es verdad que, aún un poco apegado a su fe antigua, sostuvo que la prueba de la bondad del régimen propio está en que cabe en la Constitución española.
Le perdonaremos la minucia en atención a la rápida enmienda de su comportamiento anterior. Eso sí, a modo de penitencia, le sugerimos que haga labor de apostolado con su vicepresidenta, Mónica Oltra, que desde que se firmó el acuerdo sobre el Cupo no ha parado de soltar cargas de profundidad tiñosas. Y en las mismas anda el compañero de Oltra en Compromís, Joan Baldoví. Quién iba a sospechar que un tipo generalmente tan razonable, militante del Bloc Nacionalista Valencià, esté tan ofuscado con el supuesto privilegio. ¿Se ha parado a imaginar qué habría ocurrido en su Comunidad, donde se han batido récords siderales de mangoneo, si hubieran tenido que recaudar impuestos?

Claro que, en orden a decepciones, a este servidor le ha resultado especialmente doloroso, aunque nada sorprendente, que Carles Puigdemont haya escupido que hay españoles que cobran por serlo. Con amigos así, quién necesita enemigos. Qué reveladora, por cierto, la ovación que le han dedicado al president los notables del terruño que ustedes están pensando.

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