El recent acte en Alcoi de la CPVR on varen participar càrrecs d’EUPV, Compromís, Podemos i les Joventuts socialistes, organitzacions totes elles que a nivell de direcció no pertanyen a la CPVR ha estat motiu per a ser atacades per la dreta dinàstica, tan dinàstica com l’esquerra institucional. Fins ara el moviment republicà estava i encara està perfectament controlat per aquesta esquerra dinàstica que inverteix prou en ajudes per a organitzacions per a activitats com la memòria històrica, una memòria fonamentalment unida a la guerra civil, però lluny d’una acció política per portar la república a les institucions, com estan fent els republicans catalans. L’acte d’Alcoi, organitzat per una Coordinadora estrictament política i que la seua acció fonamentalment va per denunciar al regim del 78, ha agafat desprevinguts a alguns. La Coordinadora manté en el seu si a republicans amb distintes sensibilitats però tots ells contraris sense fissures al regim del 78. El fet que una de les sensibilitats amb més dinamisme dins de la CPVR siga la del sobiranisme valencià republicà ha centrat l’atac de la dreta dinàstica en la reivindicació de la República Valenciana per atacar a l’adversari electoral, a la seua esquerra institucional. Des del sobiranisme valencià republicà ens podem preguntar: Hem de renunciar a reivindicar i lluitar per la República Valenciana perquè perjudica a l’esquerra dinàstica? La resposta és evidentment que no.
La república no existe
per Ferran Garrido
Leo con estupor y con respeto, pero no sin cierto cachondeo, que algunos c argos públicos del PSPV, Esquerra Unida, Compromís y Podemos han decidido impulsar un proceso para la constitución de una república valenciana. ¿Qué no querías caldo? Pues toma dos tazas. Por si no fuera suficientemente cansino un “procés” ahora nos empeñaremos en tener dos. No podía ser de otra manera. Los valencianos somos así. “O tot, o res”. Qué le vamos a hacer.
De hecho, han constituido una coordinadora que, a mi parecer, les coloca en posturas anticonstitucionales. Pero tranquilos, que no esgrimo el 155 para reprimir el intento. Válgame Dios. Nada más lejos de mis intenciones. Antes al contrario, miro la maniobra con el más absoluto de los respetos desde el punto de vista del analista político, pero desde la pose boquiabierta del estupor del ciudadano de a pié.
Vaya por delante mi más absoluto respeto a cualquier postura y opción política que respete la legalidad democrática. Estoy en contra de los fascismos y de los totalitarismos excluyentes. A favor de la Democracia y del Estado de Derecho. Y, miren por dónde, soy partidario de la defensa del cumplimiento de la ley. Vamos, que respeto todos los valores que enmarca y ampara la Constitución Española. Lo normal, sin grandes aspavientos, pero con el convencimiento de que lo que dijo el otro día el ministro Ábalos en Valencia es cierto. Esta Constitución, de la mano de la Monarquía Parlamentaria, nos ha traído el periodo más largo de democracia de nuestra historia.
Pero hay que saber respetar las normas. No sé qué opinarán el Secretario de Organización del PSOE y el Secretario General del PSPV, a la sazón President de la Generalitat, después de reconocer el valor y la vigencia de la Monarquía durante la entrega del Premio Convivencia al Rey, al ver como algún que otro destacado miembro de Joves Socialistes organiza un comité para promover una república valenciana mirándose en el espejo de los republicanos catalanes. Con lo mal que le ha ido al PSC con los republicanos catalanes. Como les conozco bien, supongo que tanto el uno como el otro se situarán en posiciones de respeto y tolerancia democrática. Pero no creo que, a tres meses vista de unas elecciones, estén muy contentos con la maniobra.
Miren, esto de la república y la Monarquía no debería suscitar debates a estas alturas del partido. Las reformas constitucionales se hacen en el Parlamento y con la mayoría necesaria, y suficiente, para poder hacerlas. Lo demás son cantos de sirena. Empeñarse en hacer de la república una “causa política” es como politizar el uso de los símbolos nacionales. O sea, arrimar el ascua a la sardina propia. En el año 19 del siglo XXI ya deberíamos saber que ese debate solo nos lleva a discutir por un sistema de organización del Estado, y no a la discusión por un sistema político. Mientras la izquierda, o parte de la izquierda, española se arrogue la propiedad del republicanismo, una hipotética república tiene muy poco futuro por exclusión de aquellos que lo ven, dentro de la legalidad democrática, de otra manera. Vamos, que se puede ser socialista y monárquico y se puede ser conservador y republicano. Lo demás está caduco.
Mientras tanto… ¿cómo era aquello que le dijo el otro día un “mosso d’Esquadra” a un guardia forestal en una manifestación en Barcelona? “La república no existe” y, si les parece, me ahorro por mi parte el resto de la frase. Por respeto. Por puro respeto democrático.
Evidentment no
Anem complint objectius. Ja parlen de nosaltres.