L’obsessió amb el mocador durant la visita de Merkel a Aràbia Saudita és una frivolitat. Res en el protocol obliga a les mandatàries a cobrir-se i desvia l’atenció sobre els problemes reals.
La canciller alemana, Angela Merkel, junto al rey saudí, Salman bin Abdulaziz al-Saud. BANDAR AL-JALOUD AFP
La canciller alemana, Angela Merkel, sin duda el más influyente líder europeo (hombre o mujer), visita Arabia Saudí, el más importante (a la vez que controvertido) aliado occidental en el mundo árabe. Titular de varios medios de comunicación de todo el mundo: “Angela Merkel llega a Arabia Saudí sin pañuelo”. Semejante despropósito revela tanto una obsesión con el velo islámico, como una frivolidad supina (además de machista) al reducir a las meras formas un importante viaje de Estado.
¿Dónde está escrito que una mandataria extranjera tenga que cubrirse la cabeza en el Reino del Desierto? Merkel, que efectuaba su cuarta visita oficial a ese país, nunca se ha puesto el pañuelo, tal como se ha apresurado a señalar en Twitter Joyce Karam, la corresponsal jefe de Al Hayat en Washington. Tampoco lo han hecho otras políticas, incluida la española Ana Pastor cuando era ministra de Fomento, ni la británica Theresa May a principios de abril.
A las ‘mandatàries’ sembla que no… però i a les que no ho són?