Coherente con su indisimulado proceder leninista, Podemos está decidido a destruir a todos los que le disputan el espacio político en su camino hacia el poder. Por eso, sin ningún rubor, Pablo Iglesias ha cambiado su desprecio hacia Alberto Garzón y aquel “que se queden con la bandera roja y nos dejen en paz” por una propuesta de confluencia que tiene toda la apariencia de una imposición. El objetivo último de Iglesias sería la desaparición de Izquierda Unida y la integración de sus líderes en Podemos o en cualquier plataforma de unidad popular que se presentase junto a ellos en las elecciones generales, pero en la que no apareciesen las históricas siglas de la coalición comunista.
Los pésimos resultados de IU en las elecciones municipales y autonómicas y la caída de las expectativas de voto de Podemos podrían estar detrás de este acercamiento entre dos formaciones condenadas a disputarse a los mismos votantes. Porque por más que Iglesias siga ambicionando la Moncloa, lo cierto que no podrá aspirar nada más que a sustituir a IU como socio necesario de un PSOE débil pero cohesionado en torno a Pedro Sánchez.
Reeditar los pactos que han dado el poder a la izquierda en muchas comunidades y ayuntamientos donde el PP no ha conseguido la mayoría absoluta, requiere, sin embargo, la desaparición de IU y la presentación de Iglesias como única alternativa al PSOE. De ahí que una de las condiciones puestas por Podemos para poder cerrar el acuerdo pasa por que Garzón renuncie a presentarse a la presidencia del Gobierno y lo haga por Málaga, circunscripción por la que es diputado. Aunque desde IU han dicho que esa cuestión no está sobre la mesa y que no van a aceptar soluciones individuales, su delicada situación interna y la casi desaparición de su poder territorial la convierten en una presa fácil para Podemos. La única duda por resolver es si la numantina resistencia de Cayo Lara como único defensor de las esencias comunistas cederá ante el empuje de una ‘joven guardia roja’ que no siente tanto apego por el pasado y piensa más en las posibilidades del presente. Garzón, predispuesto a la inmolación, se aseguraría así su presencia en el Congreso, ya que los pésimos resultados de IU en Madrid (donde no consiguió parlamentarios autonómicos ni concejales) hacen peligrar su elección.
En IU son conscientes de que la ley electoral penaliza siempre a la tercera fuerza política, por lo que empeñarse en la división es tan suicida como aceptar las condiciones impuestas por Podemos. Y esa debilidad es la que Iglesias y Errejón no van a dejar pasar. Limitado su acceso electoral al centro político, controlar la izquierda que lidera Lara es la única garantía de supervivencia para Podemos. Pero eliminar a IU no será suficiente. El viernes, “los alcaldes del cambio” recordaron que no están dispuestos a dejarse manejar por Podemos, un partido que renunció a presentarse el 24-M y ahora pretende utilizarlos como arma electoral.
Para Alberto Garzón y su quinta columna de ninis de Izquierda Unida todo vale con tal de seguir en la poltrona.
Garzón y su sequito de aduladores son los principales responsables del hundimiento de Izquierda Unida.
Allá los idiotas que siguen a ese submarino de Pablo Iglesias.
Izquierda Unida ya ni siquiera es una opción socialdemócrata, gracias a los pasteleos de Alberto Garzón con la Tania y el Pablito Iglesias.
Podemos, decidido a acabar con IU
Actualizado:06/09/2015
Coherente con su indisimulado proceder leninista, Podemos está decidido a destruir a todos los que le disputan el espacio político en su camino hacia el poder. Por eso, sin ningún rubor, Pablo Iglesias ha cambiado su desprecio hacia Alberto Garzón y aquel “que se queden con la bandera roja y nos dejen en paz” por una propuesta de confluencia que tiene toda la apariencia de una imposición. El objetivo último de Iglesias sería la desaparición de Izquierda Unida y la integración de sus líderes en Podemos o en cualquier plataforma de unidad popular que se presentase junto a ellos en las elecciones generales, pero en la que no apareciesen las históricas siglas de la coalición comunista.
Los pésimos resultados de IU en las elecciones municipales y autonómicas y la caída de las expectativas de voto de Podemos podrían estar detrás de este acercamiento entre dos formaciones condenadas a disputarse a los mismos votantes. Porque por más que Iglesias siga ambicionando la Moncloa, lo cierto que no podrá aspirar nada más que a sustituir a IU como socio necesario de un PSOE débil pero cohesionado en torno a Pedro Sánchez.
Reeditar los pactos que han dado el poder a la izquierda en muchas comunidades y ayuntamientos donde el PP no ha conseguido la mayoría absoluta, requiere, sin embargo, la desaparición de IU y la presentación de Iglesias como única alternativa al PSOE. De ahí que una de las condiciones puestas por Podemos para poder cerrar el acuerdo pasa por que Garzón renuncie a presentarse a la presidencia del Gobierno y lo haga por Málaga, circunscripción por la que es diputado. Aunque desde IU han dicho que esa cuestión no está sobre la mesa y que no van a aceptar soluciones individuales, su delicada situación interna y la casi desaparición de su poder territorial la convierten en una presa fácil para Podemos. La única duda por resolver es si la numantina resistencia de Cayo Lara como único defensor de las esencias comunistas cederá ante el empuje de una ‘joven guardia roja’ que no siente tanto apego por el pasado y piensa más en las posibilidades del presente. Garzón, predispuesto a la inmolación, se aseguraría así su presencia en el Congreso, ya que los pésimos resultados de IU en Madrid (donde no consiguió parlamentarios autonómicos ni concejales) hacen peligrar su elección.
En IU son conscientes de que la ley electoral penaliza siempre a la tercera fuerza política, por lo que empeñarse en la división es tan suicida como aceptar las condiciones impuestas por Podemos. Y esa debilidad es la que Iglesias y Errejón no van a dejar pasar. Limitado su acceso electoral al centro político, controlar la izquierda que lidera Lara es la única garantía de supervivencia para Podemos. Pero eliminar a IU no será suficiente. El viernes, “los alcaldes del cambio” recordaron que no están dispuestos a dejarse manejar por Podemos, un partido que renunció a presentarse el 24-M y ahora pretende utilizarlos como arma electoral.
http://www.elmundo.es/opinion/2015/09/06/55eb30b5e2704e94698b458b.html