Conforme a los estatutos del ICOM (Consejo Internacional de Museos) adoptados durante la 22ª Conferencia general de Viena (Austria) en 2007: “Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo.”
Evidentemente cualquier museo debe necesariamente estar accesible a todo tipo de público, y no única y exclusivamente a los especialistas, pues su misión es ser un referente y un punto de encuentro abierto, para permitir el conocimiento de la memoria cultural, histórica, social, artística… de una colectividad, pueblo, sociedad…
Los museos no tienen sentido si la sociedad civil no contribuye a su construcción, por eso todos nosotros tenemos que sentirnos “dueños”, “propietarios” de los espacios expositivos, de nuestro patrimonio histórico, artístico y ambiental. Para ello, es fundamental que asumamos nuestro papel activo y no tengamos reparo alguno en exigir de manera contundente y firme a las instituciones, que cumplan con sus obligaciones legales.
Es la Administración el organismo que tienen la misión de custodia, enriquecimiento y difusión de nuestro legado cultural.
Resulta sorprendente y curioso que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sueca salga ahora a la palestra (después de nuestra denuncia), informando al diario LEVANTE-EMV que procederá a la apertura de la Casa Museo Joan Fuster antes de que finalice el presente año, sin hacer referencia a si tiene ya el personal y los medios financieros y técnicos para hacerlo con el debido rigor y profesionalidad.
Los museos son algo más que un espacio destinado a la investigación de un selecto grupo de eruditos. Los museos deben ser un espejo, un cofre, un punto de encuentro donde todos nosotros y las generaciones futuras, podamos y debamos encontrar las señas de identidad, los elementos más significativos y esenciales de nuestra historia colectiva, de nuestra trayectoria como pueblo.
Gràcies, Antonio Marín, per la documentació i la professionalitat en la investigació i la reivindicació de la Casa-Museu de Fuster a Sueca. El tema estava encallat feia vint anys i ara, amb la vostra intervenció, hi haurà una biblioteca de 24.000 volums, sala de mapes i pinacoteca abans de finals d’any. Encara que potser hàgim d’esperar una mica més per les coses de l’Administració, la labor d’un castellà que estima les persones, la història i la Natura del País Valencià ja està feta.
Conforme a los estatutos del ICOM (Consejo Internacional de Museos) adoptados durante la 22ª Conferencia general de Viena (Austria) en 2007: “Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo.”
Evidentemente cualquier museo debe necesariamente estar accesible a todo tipo de público, y no única y exclusivamente a los especialistas, pues su misión es ser un referente y un punto de encuentro abierto, para permitir el conocimiento de la memoria cultural, histórica, social, artística… de una colectividad, pueblo, sociedad…
Los museos no tienen sentido si la sociedad civil no contribuye a su construcción, por eso todos nosotros tenemos que sentirnos “dueños”, “propietarios” de los espacios expositivos, de nuestro patrimonio histórico, artístico y ambiental. Para ello, es fundamental que asumamos nuestro papel activo y no tengamos reparo alguno en exigir de manera contundente y firme a las instituciones, que cumplan con sus obligaciones legales.
Es la Administración el organismo que tienen la misión de custodia, enriquecimiento y difusión de nuestro legado cultural.
Resulta sorprendente y curioso que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sueca salga ahora a la palestra (después de nuestra denuncia), informando al diario LEVANTE-EMV que procederá a la apertura de la Casa Museo Joan Fuster antes de que finalice el presente año, sin hacer referencia a si tiene ya el personal y los medios financieros y técnicos para hacerlo con el debido rigor y profesionalidad.
Los museos son algo más que un espacio destinado a la investigación de un selecto grupo de eruditos. Los museos deben ser un espejo, un cofre, un punto de encuentro donde todos nosotros y las generaciones futuras, podamos y debamos encontrar las señas de identidad, los elementos más significativos y esenciales de nuestra historia colectiva, de nuestra trayectoria como pueblo.
Gràcies, Antonio Marín, per la documentació i la professionalitat en la investigació i la reivindicació de la Casa-Museu de Fuster a Sueca. El tema estava encallat feia vint anys i ara, amb la vostra intervenció, hi haurà una biblioteca de 24.000 volums, sala de mapes i pinacoteca abans de finals d’any. Encara que potser hàgim d’esperar una mica més per les coses de l’Administració, la labor d’un castellà que estima les persones, la història i la Natura del País Valencià ja està feta.