El diari suís 1Dex ha publicat el 28-01-18 aquesta explicació sobre Catalunya i Espanya: https://1dex.ch/2018/01/catalogne-lignominie-marche/#.WmWWy4wN9QB.twitter
Vet aquí la traducció a l’espanyol:
Si uno tuviera que trazar en una línea el carácter del español, cómo sería? Básicamente el español es, en el inconsciente colectivo, aquel que aplastó civilizaciones de América del Sur. Un conquistador, un guerrero, un militar orgulloso de su batallas. Además, los españoles, a su entender, nunca han conocido la derrota. Algunos contratiempos, a lo sumo. El tipo de batalla no es importante: él es un soldado! Un guerrero que fundamenta su razón de existir en el enfrentamiento, la aniquilación del otro y la humillación del que ha sometido. Que este sea un hombre, un toro o un molino, es indiferente. Él ha vencido, él es fuerte y valiente! Que el combate sea desigual, ridículo o burlesco no le importa. Su propósito es mostrar su valor ridiculizando al que ha derribado. Y si pierde una batalla? borra el evento de su memoria y de la historia. El español es un personaje de la mitología ibérica: no lo es de una región en particular. Pero la región que mejor se adapta a esta descripción es la Castilla histórica, o el gobierno de Madrid. De ahí es de donde emana ese pestilente olor a testosterona. “Las Españas” son los países donde se pone el sol, como decían los romanos. Será el país donde uno se acuesta?
Y catalán qué es? Su legado histórico hace de él un negociante. El Fenicio, el veneciano de la península ibérica. primeramente porque su derecho hereditario le ha forzado a ello: El derecho del “hereu”, que no es otra cosa que los hijos mayores heredan todo y no se comparten las propiedades. Esto obligó a los menores a establecerse en la ciudad y convertirse en burgueses. Es a partir de este momento que el tejido urbano, comercial e industrial se vuelve más denso en Cataluña . Cuando Castilla abre el monopolio del comercio con las Américas en el finales del siglo 18, Cataluña esta preparada: es la explosión económica. Además, el decreto de Felipe V prohibiendo a los catalanes hacer política no hace mas que incentivar este activismo económico e intelectual.
Cataluña es una tierra de acogida desde la antigüedad. Los flujos migratorios de toda la cuenca mediterránea hicieron muy pronto de esta región un remanso de paz para muchos pueblos. Esta mezcla y estas migraciones son parte constituyente de la riqueza cultural y económica de Catalunya. A título de ejemplo: durante la inquisición, el conde de Barcelona fue el único que castigó a los culpables del genocidio en el barrio judío de Barcelona.
Entonces como hacer coexistir dos sociedades, dos mentalidades tan diametralmente diferentes? uno jerárquico y absolutista, en que el pueblo teme el poder y cumple con reglas, que no vivió la Revolución Industrial, que lideró la contra-reforma ignorando la Ilustración. Y la otra compuesta por comerciantes, artesanos y juglares, en la que el poder es la capacidad de pactar, que ha experimentado la revolución del mercado además de la Revolución Industrial, que practicó la tolerancia, estimulado la innovación y ha hecho de la democracia una realidad natural y compartida.
Lo que sucede hoy en Cataluña es la pesadilla del conquistador: el pueblo al que intenta someter resiste y se niega a someterse al yugo. Entonces intenta aplicar sobre el insumiso las técnicas que conoce i que funcionan sobre si mismo: infligir violencia y humillación.
Humillación… Erigida en institución por el gobierno español a través de la aplicación del artículo 155 de la constitución Española. Esta violencia practicada por el Estado y también legalizada por el Estado. De esta forma se permite a los medios de comunicación, a los políticos, a la gente de la calle, intimidar, insultar y menospreciar a los catalanes. Como en pleno franquismo, época bendecida por el gobierno actual, puesto que permitía a cada uno despreciar y oprimir al otro de forma legal. Para someterlo a diario. Comportarse con respecto a quien debe someterse a la condescendencia más despectiva. En la forma del racismo más inmundo.
Lo sabían ustedes? En el período franquista, los otros idiomas distintos al castellano estaban prohibidos. Cuando una persona hablaba uno de los idiomas prohibidos, catalán, euskara, gallego, era reprimido de la manera más dura: “Háblame Cristiano! Historia para mostrar la diferencia entre el conquistador y el bárbaro. Hoy es lo mismo.
Hoy, este tipo de práctica está de nuevo permitida. Según Ramón Blázquez, la avalancha de ignominias y vejaciones derivadas de la aplicación del artículo 155 estaba programada por el gobierno. Es persistente y violenta en la prensa, especialmente televisión y en las redes sociales. Incluso el país Vasco, dice, durante los más violentos periodos del terrorismo no sufrieron tal tipo de vejaciones, humillaciones, insultos, descalificaciones y atropellos.
Hay dos caras en este torrente de ignominia: el primero es frontal y primario. Se trata de insultar y despreciar públicamente cuando la conocida y veterana periodista Ana Rosa Quintana trata en directo al vicepresidente del Gobierno Catalán, Oriol Junqueras, de “gilipollas” o cuando el también famoso periodista Eduardo Inda califica en directo al presidente del gobierno Catalán, Carles Puigdemont, de “mierda”. A ello debe sumarse la calidad más dudosa de los diferentes grupos de debate en foros de discusión o de entretenimiento que se lanzan a una verdadera carrera de insulto e ignominia.
La segunda cara de esta vergüenza y quizás la peor, es la manipulación medios. Duramente orquestada en la prensa, artículos de opinión, editoriales y sobreexportada a todas las agencias de noticias, de forma coordinado como debe ser, el directorio anti catalán es bastante unánime en los términos utilizados: desafío independentista, referéndum ilegal, golpe de estado, cobardes, adoctrinamiento contra el gobierno central… La violencia de los ataques, la manera desvergonzada de acusar con mentiras y la permisividad de las autoridades frente a esta situación digna de desencadenar muchas causas penales por difamación, muestra hasta que punto el gobierno de los hidalgos de Madrid está decidido a hundirse en el desprecio y la humillación al pueblo catalán sin ningún límite ético.
Delante esta voluntad Medieval de hacer perder el honor al enemigo, se reconoce la impotencia y la debilidad del gobierno Español. Desde el momento que hace todo lo posible para matar al pueblo catalán humillándolo, no se da cuenta de que sus valores no coinciden con los de los catalanes. Los catalanes son obstinados, cautelosos y resistentes.
Hace ya trescientos años que el español intenta oprimir por la fuerza. Pero es inevitable: Cataluña será independiente o no será. Los catalanes están aferrados a la idea de república al menos tanto como los españoles lo están a la dictadura.
Los catalanes saben, y especialmente sienten muy profundamente en su alma, que su salud está en la independencia. Que ellos no podrán vivir en España debido a que su gobierno los va a tratar siempre como a una colonia.
Los catalanes saben que un día ellos vivirán, ellos o sus hijos, en su país y que compartirán sus valores democráticos y respetuoso con todos aquellos que quieran ser catalanes. Y los españoles lo saben también.
CATALOGNE. L’IGNOMINIE EST EN MARCHE
Si l’on devait tracer en un trait le caractère de l’espagnol, qu’en serait-il ? Fondamentalement, l’espagnol est dans l’inconscient collectif, celui qui a écrasé les civilisations d’Amérique du Sud. Un conquérant, un guerrier, un militaire fier de ses batailles. D’ailleurs, l’espagnol, à l’entendre, n’a jamais connu de défaite. Quelques déboires, tout au plus. Le type de bataille n’est pas important : c’est un soldat ! Un guerrier qui trouve sa raison d’être dans l’affrontement, l’anéantissement de l’autre et l’humiliation de celui qu’il a soumis. Que celui-ci soit un homme, un taureau ou un moulin, c’est pareil. Il a vaincu, il est fort et vaillant ! Que le combat fût inégal, ridicule ou burlesque lui importe peu. Son but est de montrer sa valeur en abaissant celui qu’il a terrassé. Et s’il perd une bataille ? Il efface l’événement de sa mémoire et de l’histoire. L’espagnol est un personnage issu de la mythologie ibérique : il n’est d’aucune région en particulier. Mais la région qui répond le mieux à cette description est la Castille historique, ou le gouvernement de Madrid. C’est de là qu’émane cette pestilentielle odeur de testostérone. Pourtant une constante est remarquable : Castro était galicien, Franco était galicien, Rajoy est galicien, Hitler…. Ah, non, pas lui ! Lui, il était autrichien. “Les Espagnes” sont les pays du couchant comme le disaient les Romains. Serait-ce le pays où l’on se couche ?
Et le catalan qui est-il ? Son héritage historique fait de lui un négociant. Le phénicien, le vénitien de la péninsule ibérique. Tout d’abord parce que son droit coutumier d’héritage l’a forcé à le devenir : le droit de “l’hereu”, ce ne sont que les fils aînés qui héritent sans partage des propriétés. Cela contraignait les cadets à s’installer en ville et devenir des bourgeois. C’est à partir de ce moment-là que le tissu urbain, commercial et industriel se densifie en Catalogne. Lorsque la Castille fait tomber le monopole du commerce avec les Amériques à la fin du 18ème siècle, la Catalogne est prête : c’est l’explosion économique. De plus, le décret de Philippe V interdisant aux Catalans de faire de la politique ne fait qu’attiser cet activisme économique et intellectuel. La Catalogne se trouve être une terre d’accueil depuis l’antiquité. Les flux migratoires en provenance de tout le bassin de la Méditerranée font très tôt de cette région un havre de paix pour beaucoup de peuples. Ce brassage et ces migrations sont une partie constituante de la richesse culturelle et économique de la Catalogne. A titre d’exemple : durant l’inquisition, le comte de Barcelone fut le seul à punir les coupables du génocide du quartier juif de Barcelone.
Alors comment faire cohabiter deux sociétés, deux mentalités si diamétralement différentes ? L’une hiérarchisée et absolutiste, dans laquelle le peuple craint le pouvoir et se conforme aux règles, qui n’a pas vécu la Révolution industrielle, qui a dirigé la Contre-réforme et ignoré le Siècle des Lumières. Et l’autre composée de commerçants, artisans et ménestrels, dans laquelle le pouvoir est pactisé, qui a vécu la révolution marchande puis la Révolution Industrielle, qui a pratiqué la tolérance, stimulé l’innovation et qui a fait de la démocratie une réalité naturelle et partagée.
Ce qui se passe aujourd’hui en Catalogne est le cauchemar du conquistador : le peuple qu’il essaye de soumettre résiste et refuse de passer sous le joug. Alors, il essaye d’appliquer sur l’insoumis des techniques qu’il comprend et qui qui fonctionneraient sur lui-même : il fait subir la violence et l’humiliation.
L’humiliation… Erigée en institution par le gouvernement espagnol au travers de l’application de l’article 155 de la constitution espagnole. Cette violence sournoise, émotionnelle et destructrice. Cette violence pratiquée par l’Etat mais aussi légalisée par l’Etat. Il est désormais autorisé aux médias, aux hommes politiques, aux gens de la rue de brimer, insulter et mépriser les Catalans. Comme en plein franquisme. Epoque bénie par le gouvernement actuel, puisqu’elle permettait à chacun de mépriser et d’opprimer l’autre de manière légale. De le soumettre au quotidien. De faire preuve à l’égard de celui qui doit se soumettre de la plus méprisante des condescendances. A la manière du racisme le plus crasse.
Le saviez-vous ? En période franquiste, les autres langues que le castillan étaient interdites. Lorsque qu’une personne parlait une des langues prohibées, catalan, euskara, galicien, il était repris de la manière la plus rude : “Hablame christiano ! ” (Parle-moi le chrétien !). Histoire de bien montrer la différence entre le conquérant et le barbare. Il en va de même aujourd’hui.
Aujourd’hui, ce genre de pratique est à nouveau permise. Selon Ramón Blázquez, l’avalanche d’ignominies et de vexations découlant de l’application de l’article 155 était programmée par le gouvernement. Elle est persistante et violente dans la presse, en particulier télévisuelle, et sur les réseaux sociaux. Même le Pays Basque, dit-il, durant la plus violente des périodes terroristes, n’a pas subi de telles vexations, humiliations, insultes, disqualifications et outrages.
Il y a deux faces à ce torrent d’ignominies : la première est frontale et primaire. Il s’agit de l’insulte et le mépris public quand Ana Rosa Quintana traite en direct le Vice-Président du gouvernement catalan, Oriol Junqueras, de “connard” ou quand Eduardo Inda qualifie en direct télévisé le président du gouvernement catalan, Carles Puigdemont, de “merde”. A ceci s’ajoutent tous les intervenants de qualité plus que douteuse sur les différents plateaux de débat ou de divertissements qui s’adonnent à une véritable course à l’insulte et à l’ignominie.
La deuxième face de cet opprobre, et peut-être la pire, est la manipulation médiatique. Lourdement orchestrée dans la presse, les articles d’opinion, les éditoriaux et exportée à outrance dans toutes les agences de presse. Coordonné comme il se doit, le répertoire anti-catalan est passablement unanime dans les termes utilisés : défi indépendantiste, référendum illégal, coup d’état, lâches, endoctrinement contre le gouvernement central, …. La violence des attaques, la manière effrontée d’asséner les mensonges et la permissivité des autorités face à cette situation digne de déclencher bon nombre de cas pénaux pour diffamation, montre à quel point le gouvernement des hidalgos de Madrid est décidé à s’enfoncer dans le mépris et l’humiliation du peuple catalan sans aucune limite éthique.
Devant cette volonté médiévale de faire perdre son honneur à l’ennemi, on reconnait l’impuissance et la faiblesse du gouvernement espagnol. Alors qu’il fait tout son possible pour faire mourir sur pied le peuple catalan en l’humiliant, il ne se rend pas compte que ses valeurs ne sont pas celles des Catalans. Les Catalans sont obstinés, prudents et résistants. Cela fait trois cents ans que l’Espagnol essaye de les contraindre par la force. Mais c’est inéluctable : la Catalogne sera indépendante ou ne sera pas. Les Catalans sont attachés à l’idée de république au moins autant que les Espagnols sont attachés à celle de la dictature. Les Catalans savent, et surtout sentent très profondément dans leur âme, que leur salut est dans l’indépendance. Qu’ils ne pourront pas vivre dans l’Espagne, car son gouvernement les traitera toujours comme une colonie. Les Catalans savent qu’un jour ils vivront, eux ou leurs enfants, dans leur pays et qu’ils y partageront leurs valeurs démocratiques et de respect avec tous ceux qui voudront être Catalans.
Et les Espagnols le savent aussi….
Emb tot el que estem petint per poguer ser lliures els catalans cada vegada dona mes ganas de lluitar mai o había tingut tan clar no ia dret com ens tractan els que están plens de corropsio ¡¡¡¡quina ironía!!!!