Salvador Enguix: “A pesar de todo, las encuestas revelan, a mi entender, que el PPCV sigue teniendo una base electoral muy sólida y fiel, a pesar del tiempo transcurrido en el poder”

TripartitoMiedo al tripartito valenciano

 

 

Alentada por las encuestas, en Valencia se contempla la hipótesis de un tripartito (PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida) gobernando la Generalitat Valenciana en el 2015. Es decir, por primera vez desde 1995 parece viable que una mayoría de izquierdas pueda apartar al PP de las principales instituciones. No es la única predicción: también la de un “bipartito” entre el PP y UPyD en el supuesto de que el partido de Alberto Fabra no alcance la mayoría absoluta y pueda seguir dirigiendo el ejecutivo autonómico con el apoyo de los diputados autonómicos que puede lograr la formación de Rosa Díez. Ambos escenarios son posibles, y están generando no pocas reflexiones que alimentan discursos como el miedo a un tripartito de corte “catalanista” hasta aquellos que temen ver al PP rehén del partido que en Valencia tiene como perfil destacado a Toni Cantó. Se trata de dinámicas de difusión de mensajes que, aún en fase embrionaria, van a ser claves en la configuración de las campañas electorales de mayo del 2015, casi con tanto protagonismo como el de los recortes sociales o el del cambio de modelo de financiación autonómica.

 

 

 

El PP y el PSPV-PSOE saben de la importancia de la idea del “tripartito”. En el caso de los populares, porque alimentar esta idea, con fuertes connotaciones negativas por aquel que gobernó Catalunya (y también las Islas Baleares), puede ser una baza a su favor para movilizar al electorado de centro y moderado que, hipotéticamente, podría abstenerse con el PP o incluso otorgar su voto a los socialistas o a UPyD. La estrategia de comunicación política popular presenta a Compromís como un partido catalanista, con vocación de agitación antisistema, que arrastrará a los socialistas al cuerpo ideológico de la izquierda radical. El PSPV-PSOE, por su parte, tampoco se encuentra cómodo con la idea del “tripartito”. Intenta, en este sentido, distanciarse de la hipótesis y elaborar un relato propio al margen de Compromís, aún a sabiendas de que será casi imposible que ambos, junto a Esquerra Unida, puedan alcanzar la Generalitat Valenciana sin sumar sus fuerzas.

 

Los próximos meses serán, por lo tanto, apasionantes en Valencia en lo que a comunicación política se refiere. ¿Será efectiva la estrategia de la demonización del tripartito para que el PP mantenga su hegemonía? ¿pesará más sobre los electores el miedo al tripartito que los casi 20 años de gobierno popular (y todo lo sucedido en ese periodo y en la administración valenciana)? ¿podrá el PSPV-PSOE construir una propuesta suficiente para distanciarse mucho, en número de votos y diputados, de Compromís? (esta cuestión es clave, no será igual que Ximo Puig y Enric Morera negocien con una diferencia de 10 diputados o 20). Mientras, queda observar qué sucederá en Compromís, partido que está sumergido en un proceso interno de grandes consecuencias. Una batalla, también ideológica, entre el sector que representa Enric Morera y el que lidera Mónica Oltra, mujer de fuerza incuestionable de esta formación política.

A pesar de todo, las encuestas revelan, a mi entender, que el PP sigue teniendo una base electoral muy sólida y fiel, a pesar del tiempo transcurrido en el poder, de los casos de corrupción que han contaminado al partido y de los recortes sociales que ha ejecutado el partido que lidera Alberto Fabra. Sigue siendo el partido que gobierna las principales instituciones y dispone de una fuerza de 140.000 militantes que, llegado el momento, se movilizarán para perpetuar la hegemonía. Y un dato clave: el voto urbano sigue siendo mayoritariamente del PP. Frente a eso, la alternativa que se visualiza es una coalición de fuerzas de izquierdas en la que se intuyen muchas incomodidades y recelos, que debe ser capaz de proponer una alternativa entendible y coherente, que debe evitar cualquier duda sobre la voluntad de gobernar a todos los valencianos y que, aunque muchos no lo quieran ver, será una coalición liderada por el PSPV-PSOE de Ximo Puig. Tal vez sea momento de releer el libro de mi compañero Ximo Ferrandis “L´esquerra al sofà” para recordar cuántos han sido los errores de la izquierda valenciana en el pasado y que no debería cometer en el futuro

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